Por Guillermo Ramos Flamerich

Publicado originalmente en el portal Cinco8 el 1 de marzo de 2023.

Tres académicos venezolanos crearon una plataforma web para difundir las colecciones de documentos que han empezado a rescatar y digitalizar. La idea es extenderse: hay mucho que proteger y democratizar en el país que sí tiene memoria

El cada vez más amplio y fructífero campo de las humanidades digitales puede ser gran ayuda para un país con las necesidades de la Venezuela actualFoto: Composición de Sofía Jaimes Barreto

Una justificación convertida en cliché afirma que «Venezuela es un país sin memoria». Algunos atribuyen esto a la «juventud» de la república; otros tantos al personalismo político que crea la ilusión de que con cada nuevo gobernante inicia la historia. Al advertir la desidia en que se hallan bibliotecas, museos, archivos, el sistema educativo en general, uno puede pensar que el sombrío panorama es cierto y total. Sin embargo, momentos como este son parte de ese país «tormentoso y contradictorio», tal cual afirmara Mariano Picón Salas, que sigue en su proceso de encontrarse. Y justamente para contribuir al cometido, es fundamental contar qué ha sido del devenir del territorio físico y espiritual que ha construido a la familia venezolana. Es decir, mantener viva la memoria con todos sus elementos posibles.

Con esta misión nació la Red Historia Venezuela en el año 2021. Una organización que parte del deseo de conservar papeles con relevancia para la comprensión del país y hacerlos accesibles al público mediante la digitalización. 

Las humanidades digitales han conocido un crecimiento vertiginoso en el mundo desde comienzos del siglo XXI, porque intersectan tecnología y ciencias humanas para que la cultura y la historia sean comprendidas de forma más compleja, al existir más data y lecturas posibles, y al mismo tiempo más accesible, pues brindan medios para que el conocimiento de siglos pueda ser revisitado al instante. 

Pero en Venezuela no se ha contado con una política pública que ponga en relevancia un debate que, entre cosas, permite no solo la preservación para el futuro, sino que puede abrir las puertas al interés de investigadores y sea la semilla para la elaboración de nuevas y mejores formas de entendernos como sociedad.

Por esto, tres investigadores decidimos que era momento de hacer algo: Guillermo Guzmán Mirabal, doctor en Historia de la UCAB, quien se ha dedicado a la comprensión de la política internacional venezolana de la década de los sesenta; Marcus Golding, candidato a doctor de la Universidad de Texas y mi persona, también candidato a doctor en Historia, en la Universidad Sorbonne Nouvelle de París. 

Lo que hicimos fue unir nuestros esfuerzos, después de darnos cuenta de que estábamos trabajando en lo mismo, pero de manera paralela. En largas llamadas nos fuimos dando cuenta de que, así como nosotros, existe mucha gente preocupada por preservar la memoria del país. Por eso decidimos constituirnos en la Red Historia Venezuela, pues aparte de llevar a cabo los proyectos, tenemos que ofrecer un punto de encuentro para que todos los que tenemos este mismo interés por la memoria venezolana podamos compartir experiencias y darnos fuerzas en el reto que escogimos.

Fue así como surgió nuestro primer proyecto, en acuerdo interinstitucional con la Academia Nacional de la Historia. Gracias a esto y a la contribución de la fundación alemana Gerda Henkel, logramos digitalizar y recuperar la Colección Civil-Esclavos (1700-1858), la cual alberga información fundamental sobre el proceso de la esclavitud en Venezuela, desde el periodo hispánico, hasta la construcción de la república. Para lograrlo, constituimos un equipo pluridisciplinario y nos asesoramos con el Conservation Center de los Estados Unidos, buscando así, a pesar de ser un primer trabajo, construir un marco de referencia para nosotros como fundación, pero también para el país.  

Gracias al trabajo de Jesús Luces, Gloria Márquez, Diego Madriz, Zully Chacón, Andrés Burgo y Kristo Ramírez, se trabajaron, adecuaron y digitalizaron 381 tomos y 23 cajas de expedientes sueltos. Es decir, en seis meses de trabajo se recuperaron 123.800 folios y se hicieron 61.900 capturas. El trabajo allí hecho se nutrió del Índice sobre esclavos y esclavitud (1997), de Carmen Torres Pantin (recopilación y estudio preliminar) y Marianela Ponce (coordinación). Gracias a esta información se construyeron los metadatos y descriptores necesarios para el proyecto, y a su vez se enriqueció lo ya existente. 

Ahora todos estos documentos se encuentran depositados en acceso libre en nuestra plataforma digital www.archivo.redhistoriave.org. Allí los investigadores, pero también los curiosos, tienen una primera muestra de lo que puede ser la preservación de la memoria venezolana en digital.

Nuestra idea es abarcar no solo los siglos XVIII o XIX, sino también el XX, archivos más contemporáneos de personalidades del ámbito político, económico y cultural. También queremos recuperar la prensa venezolana, archivos institucionales y en algún momento, pasar de la digitalización de papeles a otros formatos.

El reto y el sueño son múltiples, pero es que la memoria venezolana es tan rica, diversa y plural, que es necesario empezar a hacerlo, aunque no se esté en las mejores condiciones. Este es el momento.

Por eso, desde este espacio te invitamos a colaborar con nosotros. Principalmente, como somos una organización joven, necesitamos de donaciones que nos permitan mantener la plataforma que ya hemos creado para albergar las diferentes colecciones. También puedes escribirnos a info@redhistoriave.org y hablar con nosotros directamente sobre los nuevos proyectos y metas en una aventura venezolana que apenas está comenzando.